jueves, febrero 27

Juan José Zúñiga rompe el silencio desde la cárcel: “Lo hice por la patria”

ZÚÑIGA

Desde la cárcel de El Abra, en Cochabamba, el exgeneral Juan José Zúñiga Macías rompió su silencio tras ocho meses de detención preventiva, sindicado por los delitos de terrorismo y alzamiento armado tras los sucesos del 26 de junio de 2024 en la plaza Murillo. En una entrevista con ERBOL, Zúñiga aseguró que sus acciones estuvieron motivadas por un profundo sentido patriótico. “Lo hice por la patria”, afirmó, evitando profundizar en detalles sobre el caso.

El exgeneral, quien lideró una toma militar en la plaza Murillo con tanquetas y efectivos de la Policía Militar, enfrenta acusaciones de intentar un golpe de Estado. Sin embargo, Zúñiga se mantiene firme en su postura: “Yo sé lo que ha pasado, se va a saber la verdad. Se va a saber en su momento”. Prefiere no hablar más sobre el proceso para no “contaminar” las investigaciones y por respeto a las autoridades.

La vida en la cárcel: entre el respeto y la reflexión

En el penal de El Abra, Zúñiga es tratado con un respeto que evoca su pasado militar. Reclusos lo saludan con frases como “¡Mi general!” o “¡Papito!”, y algunos incluso se cuadran ante él como si aún estuviera en servicio. A pesar de las circunstancias, el exgeneral mantiene una actitud serena y reflexiva, compartiendo alimentos y conversaciones con otros internos.

Su celda, ubicada en el Bloque “C” del penal, es una de las mejores del lugar, aunque estrecha y lúgubre. Cuenta con un catre, baño privado y algunos muebles pequeños. Allí, Zúñiga pasa sus días escribiendo sus memorias, las cuales planea publicar en un libro titulado tentativamente “Mi Lucha” o “Las Razones de mi Lucha”. Además, se mantiene informado a través de dos pequeñas radios que tiene en su celda.

“La cárcel es una escuela de la vida”

Zúñiga reflexiona sobre su situación y la de otros reclusos, dividiéndolos en tres categorías: los injustamente condenados, los que cometieron errores y buscan redención, y los delincuentes reincidentes. Él se ubica en el primer grupo. “La cárcel te muestra con quién realmente cuentas”, dice, lamentando la desaparición de amigos y aliados que lo abandonaron tras su caída en desgracia.

A pesar de todo, el exgeneral mantiene la esperanza de recuperar su libertad. “Cuando salga, lo primero que haré será abrazar a mi familia”, afirma. Mientras tanto, encuentra consuelo en la compañía de dos perros callejeros que ha adoptado en el penal, a quienes alimenta y cuida.

Defensa de los recursos naturales y paralelismos históricos

Zúñiga no pierde de vista su discurso patriótico. Critica el saqueo de los recursos naturales de Bolivia, comparando al país con África: “Somos ricos, pero pobres. La riqueza nos condena a la crisis social”. Reitera su lema, “La patria no se toca”, y asegura que su defensa de los recursos naturales lo llevó a ser estigmatizado y criminalizado.

El exgeneral también evoca la figura del general Juan José Torres, a quien admira y con quien encuentra paralelismos en su propia historia. “Solo dos militares han sido alzados en hombros por los trabajadores: Juan José Torres y yo”, afirma con orgullo.

Un futuro incierto

Zúñiga denuncia que su sueldo y el de otros 32 militares detenidos junto a él han sido suspendidos, dejando a sus familias en situaciones precarias. A pesar de las adversidades, mantiene la esperanza de que la verdad saldrá a la luz y que recuperará su libertad.

Mientras tanto, desde su celda en El Abra, Juan José Zúñiga sigue escribiendo su historia, convencido de que su lucha por la patria no ha terminado. “El militar muere como militar”, sentencia, mostrando con orgullo su boina negra con las tres estrellas doradas que lo identifican como un hombre de armas.

//Con información de ERBOL