El presidente, Luis Arce, advirtió ayer sobre la existencia de amenazas internas y externas destinadas a desestabilizar el país, apropiarse de sus recursos naturales, particularmente del litio, y reducir su mandato constitucional.
Durante la celebración del 72 aniversario del Colegio Militar de Aviación (Colmilav), Arce señaló que estas fuerzas «oscuras y antipatriotas» están actuando mediante «golpes suaves» y sabotajes económicos, generando incertidumbre y rumores para controlar los valiosos recursos estratégicos del país, como el litio, las tierras raras y el agua dulce.
El mandatario subrayó que estas prácticas, que atribuye a potencias imperiales, buscan frenar el progreso del país e impedir que el pueblo boliviano participe activamente en la toma de decisiones a través de una democracia participativa. Arce mencionó que hay intentos de presentar a Bolivia como un Estado fallido con «la infame propuesta de balcanizar» el país, y afirmó que estos esfuerzos de la oposición buscan socavar los logros y el potencial de la revolución democrática popular e industrializadora que su administración promueve.
En su discurso, el presidente defendió el modelo de desarrollo de su gobierno, el cual se centra en fortalecer el poder nacional y agregar valor a los recursos estratégicos de Bolivia. Este modelo incluye la integración del país en el ámbito global mediante la mejora de la conexión y el transporte terrestre, ferroviario y aéreo, así como la proyección hacia puertos estratégicos, como el megapuerto en el Pacífico con inversión china.
Arce también resaltó la importancia de las alianzas estratégicas con países como China y Rusia, miembros del bloque de los BRICS, para la industrialización del litio y el fomento de inversiones. «Nuestro modelo implica una mirada multidimensional«, indicó el presidente, refiriéndose a la transformación de materias primas en productos finales para la exportación como parte de su visión para el desarrollo económico y social de Bolivia.
Estas declaraciones del presidente Arce se enmarcan en un contexto de creciente tensión política y económica en el país, donde las acusaciones de intentos de desestabilización y apropiación de recursos naturales han sido recurrentes en los discursos oficiales.