Hoy, las calles de la ciudad de La Paz y otras regiones del país vibran con la energía única de la Alasita.
Unos minutos antes del mediodía, el presidente Luis Arce inauguró este viernes la fiesta de la Alasita del Bicentenario en la ciudad de La Paz, un evento que marca la unión entre tradición, cultura y esperanza. Como acostumbra cada año en esta fecha, el mandatario intercambió buenos augurios y obsequios con artesanos, amautas y la población en general.
“Visitamos nuestra tradicional Feria de Alasita en Plaza Murillo, donde compramos billetitos, productos en miniatura y compartimos un grato momento con nuestras caseritas. ¡Jallalla nuestras tradiciones!”, publicó el Jefe de Estado en sus redes sociales, destacando el valor de esta emblemática celebración.
Como manda la tradición, hoy 24 de enero, a las 12.00, las calles paceñas se llenaron de la energía singular de la Alasita, una festividad que invita a soñar en grande a través de pequeños objetos en miniatura.
En esta ocasión especial, el presidente Arce estuvo acompañado del vicepresidente David Choquehuanca, así como de las ministras de la Presidencia, María Nela Prada, y de Culturas, Esperanza Guevara, entre otras autoridades.
Durante el evento, el Presidente entregó billetes de Alasita y casitas en miniatura a las personas reunidas en los alrededores del Palacio Quemado, en un gesto cargado de simbolismo y buenos deseos.
Por su parte, artesanos y visitantes de la feria obsequiaron al mandatario Ekekos y billetitos, augurando prosperidad para su gobierno y el éxito de sus propuestas de industrialización para el país.
Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el 6 de diciembre de 2017, la Alasita trasciende su carácter de feria para convertirse en un verdadero encuentro con la rica herencia cultural boliviana. Es una celebración de la creatividad y las aspiraciones populares, representadas en pequeñas artesanías que simbolizan grandes sueños.
El término “Alasita” proviene del verbo aymara “alatháña”, que significa “cómprame”, y su figura central es el Ekeko, el Dios de la Abundancia en la cosmovisión andina. Este icónico personaje, pequeño pero poderoso, actúa como guardián de los deseos y las esperanzas de quienes participan en esta festividad ancestral.//AEP