Tras recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de México en Bolivia, Eduardo Sosa Cuevas, el presidente Luis Arce advirtió que la irrupción de la Policía de Ecuador en la legación mexicana en Quito pone en riesgo la unidad latinoamericana y caribeña.
“Como Estado, en la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y en todos los espacios multilaterales expondremos nuestra posición de denuncia de lo ocurrido en la sede mexicana en Quito que, además, ponen el riesgo la unidad latinoamericana y caribeña”, afirmó durante el acto en Casa Grande del Pueblo.
La madrugada del sábado fuerzas policiales entraron a las instalaciones de la embajada de México en Quito y detuvieron al exvicepresidente Jorge Glas, quien se encontraba con asilo político a la espera de un salvoconducto que le permitiera viajar a México.
Fue acusado por presunta malversación de fondos en el caso ‘Reconstrucción’ de la provincia de Manabí, luego del terremoto de 2016, aunque en todo momento negó las sindicaciones.
Arce afirmó que se vulneró la Convención de Viena en un hecho sin “precedentes en la historia del derecho internacional”, porque se “desconoció el carácter inviolable” de la sede diplomática mexicana y se trasgredió el derecho al asilo del exvicepresidente ecuatoriano.
De hecho, la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas establece en su artículo 22 numeral I que “los locales de la misión son inviolables” y que “los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión».
Arce también repudió el maltrato que sufrió el jefe de la legación mexicana, Rolando Canseco, quien “valientemente defendió su sede y a su asilado, honrando la tradición mexicana del asilo que en momentos críticos abrió las puertas a muchos latinoamericanos”.
“Si hay un país que lidera esta tradición latinoamericana del derecho al asilo es México, lo sabemos las bolivianas y bolivianos que fueron víctima de las dictaduras militares de los años 70 y 80 en nuestro país y lo sabemos los que vivimos la ruptura del orden constitucional del 2019”, recordó Arce.
Al reafirmar su solidaridad con México y su presidente Andrés Manuel López Obrador, el presidente dio la bienvenida al nuevo embajador.
“La recepción de sus cartas credenciales evidencian nuestra casi bicentenaria amistad, consecuentemente cualquier acto que afecte al Estado y pueblo amigo mexicano nos afecta como si fuera contra nosotros mismos”, expresó.
Sosa Cuevas agradeció “la enorme solidaridad hacia los mexicanos” en “horas aciagas” y señaló que México y Bolivia son “dos pueblos con mayores coincidencias identitarias en toda América Latina”, que las hacen “verdaderamente naciones hermanas”.
“Estoy aquí como representante de un pueblo amigo, de un presidente fraterno y de una cultura muy cercana a este país”, expresó.
Destacó también la convicción del presidente boliviano en la construcción de la Patria Grande, haciendo eco de la “máxima que el enorme Andrés de Santa Cruz manifestara en sus momentos de lucha: ‘identidad de vida, destino común y fuerza en la unidad”.
Sosa Cuevas es integrante del Servicio Exterior Mexicano desde 1998, tiene licenciatura en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México, y maestría en Estudios Diplomáticos, por el Instituto Matías Romero.
Entre los cargos que ha ocupado en la Secretaría de Relaciones Exteriores está la Dirección General para América del Sur, director para Centroamérica, cónsul adscrito de México en Seattle, entre otros.